domingo, 21 de marzo de 2010

Proverbios

"Quien planta un árbol ama a los demás."
Proverbio inglés

"Aunque un árbol puede llegar a ser muy alto, las hojas caídas regresan a la raíz."
Proverbio malayo

"Una sociedad se hace grande cuando los ancianos plantas árboles aunque saben que nunca se sentarán a su sombra."
Proverbio griego

Proverbios

“El tonto no ve el mismo árbol que el sabio”
William Blake


“Sólo se tiran piedras al árbol cargado de frutos”.
 Proverbio árabe.

“Toda teoría es gris, pero verde es el árbol de oro de la vida."
Confuncio

“Todo aquel que trepa un árbol tiene derecho a su fruto” .
 Proverbio popular.

“ÁRBOL QUE CRECE TORCIDO....SE LE CAEN LOS PAJARITOS“.
 Provervio mejicano.

“Caído el árbol, los monos se dispersan”
Proverbio chino

” Solo después que el último árbol haya sido cortado
solo después que último río haya sido envenenado
solo después que el último pez haya sido asesinado.
solo entonces descubrirás que el dinero no se puede comer"
Profecía india Cree

“No hay árbol que el viento no haya sacudido”.
Proverbio hindú.

“Las tormentas hacen que los árboles tengan raíces más profundas."
Autor: Anónimo

”Yo fui antes que semilla árbol y ahora soy fruto maduro”

“Quién ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser un árbol. No desea ser más que lo que es”
( Herman Hesse)

“Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos”.
(Victor Hugo)

“El árbol no niega nunca su sombra, ni siquiera al leñador”.
 Anónimo

”Si ves el árbol contra el que te vas a estrellar es subviraje, si sólo lo sientes, sobreviraje"
Walter Rhorl

“La esperanza es un árbol en flor que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones”.
Severo Catalina

”Así como el árbol se fertiliza con sus hojas secas que caen y crece por sus propios medios el hombre se engrandece con todas sus esperanzas destruidas y con todos sus cariños deshechos”.
F. William Robertson

”Por muy alto que sea un árbol, sus hojas siempre caen hacia la raíz”.
Provervio japonés

"Nos pusimos a la sombra de un árbol, pero se fue moviendo el Sol".
[Pepe, copernicano]

"Al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija"
Refrán popular

"Cuando un hombre planta árboles bajo los cuales sabe muy bien que nunca se sentará, ha empezado a descubrir el significado de la vida."
Elton Trueblood

“Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.”
Friedrich Wilhelm Nietzsche

“Vosotros talais los árboles para construir los edificios para los hombres que se han vuelto locos por no haber podido ver los árboles”.
James Thurber

(El Alquimista); "Dios juzga al árbol por sus frutos, y no por sus raíces”.
Paulo Coelho

“La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces”.
Proverbio persa

"La vida es como el rocío sobre las hojas de los árboles. Tanto si el planeta cae como sino, no es más que una luz efímera."
Anónimo

El árbol mágico

En el centro de una placita, en el pueblo, había un precioso árbol. El árbol tenía ramas muy largas para los costados y también para arriba. Parecía un poquito unos brazos locos que invitaban a los niños a subirse a él.
Pero el árbol, que ya era muy viejito, porque tenía 103 años, estaba un poquito triste. Resultaba ser, que de tan abuelito que era, de tan tan pero requete tan gordo que estaba - Había bebido mucha lluvia decían - , le pusieron una cerca a su alrededor...con un cartel. Pero como el no sabía leer... Estaba más y más triste porque era un abuelito sin la alegría de sus chiquitos.
Un día escuchó el árbol - porque saben oír muy bien ellos, eh! - que alguien leía el cartelito:
- Árbol centenario. Monumento histórico nacional. Plantado por.....
Pero al árbol no le interesaba nada esas cosas, el quería oír risas y sentir cómo se trepaban los chicos... oir los secretos que le contaban... pero no le gustaba nada cuando las personas grandes le hacían daño, escribiéndolo o rompiéndolo.
Tanto tiempo había pasado... que el árbol ya se había cansado de esperar.
Cuando esa tarde de primavera, un chiquito, de unos 10 años, pasó la cerca! Qué contento se puso el árbol...! Tanto, que escuchen bien lo que pasó:
El chiquito fue a buscar a otro amigo para no estar tan solito. Treparon a una rama que iba para el costado del sol y se quedaron recostados contándose cosas... pequeños secretos de cosas que les gustaría hacer.
El árbol escuchaba todo y se reía con sus hojas alegres. Entonces pensó que sería una linda idea hacer un poquito de magia.
El chiquito que primero había trepado se llamaba Guillermo, el otro Agustín. Guillermo le contó a Agustín que él quería poder ganar muchas veces a las bolitas para que Jorge no se riera más de él en el colegio, y así Carlota se haría su amiga.
Al día siguiente misteriosamente, Guillermo ganó en todos los recreos a las bolitas y Carlota le dijo que lo había hecho muy bien y le regaló una bolita preciosa. Guillermo estaba muy contento y guardó esa bolita como "la bolita de la buena suerte"
Esa misma tarde, después del cole, fue saltando y cantando de alegría al árbol, a encontrarse con Agustín y le contó todo lo que pasó.
Así, el árbol escuchó todo y estaba muy feliz, ahora se reía muy fuerte con sus ramitas y sus hojas... - La magia funcionó! se dijo el árbol.
Agustín también le contó lo que quería hacer con muchas ganas y fue así como el árbol abuelito se convirtió en el ÁRBOL MÁGICO, el que concedía los sueños.

Escrito por RJ

El pino y el manzano

Cierto día, un pino y un manzano discutían:

Qué pena me das – decía el pino al manzano-. Ahora que llega el otoño, todas tus hojas se pondrán amarillas, se caerán y te quedarás desnudo y seco durante muchos meses.
Es verdad – respondió el manzano-. Tú eres un traje verde todo el año. Eso está muy bien pero es muy aburrido. Yo, en cambio, en otoño llevo un traje amarillo, en primavera me visto de flores y en verano me adornan las frutas. Así que yo soy más elegante que tú. Tengo un traje distinto para cada estación.
El pino ya no supo qué contestar y se puso muy triste.
¿De qué le servía un traje verde todo el año? Eso era muy aburrido. Pensó y pensó la manera de cambiar de traje, hasta que, muy cansado, se quedó profundamente dormido.
A la mañana siguiente lo despertaron unos niños. Cantaban villancicos con zambombas y panderetas. El pino se puso muy contento al verlos, pero más contento se puso aún cuando se vio vestido de bolas de colores, luces y regalos.
Ya no sería nunca más un árbol aburrido. Se cambiaría de traje por Navidad, una vez al año.

Un árbol tonto

Había una vez un árbol. Era un árbol bastante bonito, con sus raíces, su tronco y sus hojas. Por cierto, que se llevaban muy bien. Las raíces estaban todo el día trabajando, desde la mañana hasta la noche, sin descansar. Se preocupaban de buscar por debajo de la tierra alimentos y agua y muchas cosas más. Cuando veían algo que pudiera servir, lo cogían. Pero no se quedaban con nada. Todo se lo daban al tronco. Y el tronco, gordo y fuerte, que era un sabio administrador, lo repartía proporcionalmente a las hojas después de efectuar unos cálculos complicadísimos.

Las hojas recibían siempre lo que necesitaban y nunca había habido envidias entre ellas. Todas procuraban estar guapísimas y la verdad es que lo conseguían. La gente que pasaba por allí decía: “¡Vaya árbol más guay!” Pero un día las raíces empezaron a pensar: “No hay derecho. Nosotras nos pasamos todo el santo día bajo tierra trabajando para que estas hojas presumidas coqueteen con los pájaros y con todo el que pasa por delante. ¡No, y no! ¡Se acabó! No queremos ser esclavas de nadie.” Y se cruzaron de brazos, y dejaron de trabajar.
El tronco entonces no podía dar nada a las hojas, y éstas empezaron a ponerse pálidas, pálidas y a agachar la cabeza.
El árbol ya no era bonito. Los pájaros ya no venían a posarse en él. La gente ya no se sentaba a su sombra.
Así estaban las cosas cuando sucedió que se desató una terrible tormenta. Terrible, pero no mala.
Se levantó un viento fortísimo, y empezó a llover a cántaros. El agua entraba en la tierra y empapaba a las raíces al mismo tiempo que el viento sacudía a las hojas de un lado para otro.
Fue entonces cuando la tormenta le dijo al árbol: “Eres un tonto, árbol. Ya no eres bonito. Pero no es porque tus hojas estén amarillas, sino porque has perdido la armonía interior. Estáis así porque raíces, tronco y hojas no os dais cuenta de que todos sois lo mismo: sois el árbol. Las raíces pensáis que trabajáis para que otros se aprovechen, sin daros cuenta de que vosotras también sois tronco y sois hojas. Todos sois todo. Sois uno. Y si os separáis, no sois nada. No existís. Si quieres ser lo que eres, tienes que ser uno.”
La tormenta terrible se marchó dejando al árbol sumido en la calma y el silencio.
A la mañana siguiente, alguien despertó muy temprano al tronco. Eran las raíces que habían madrugado y tenían ya un montón de cosas preparadas para todos.
El tronco no podía creer lo que veía y, con lágrimas en los ojos, comenzó a trabajar y a hacer sus cálculos que resultaban más complicados que de costumbre: tal era la cantidad de cosas que había que repartir.
Las hojas empezaron a tomar buen color y, en pocos días, ya estaban preciosas; tanto, que los pájaros volvieron a posarse y la gente volvió a sentarse a su sombra.
Pero lo más bonito es que todos tenían la sensación de que aquél era un árbol completamente nuevo.

Eugenio Sanz

El árbol mágico

Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

El pajarillo de piedra

Hubo una vez un pájaro de piedra. Era una criatura bella y mágica que vivía a la entrada de un precioso bosque entre dos montañas. Aunque era tan pesado que se veía obligado a caminar sobre el suelo, el pajarillo disfrutaba de sus árboles día tras día, soñando con poder llegar a volar y saborear aquel tranquilo y bello paisaje desde las alturas.

Pero todo aquello desapareció con el gran incendio. Los árboles quedaron reducidos a troncos y cenizas, y cuantos animales y plantas vivían allí desaparecieron. El pajarillo de piedra fue el único capaz de resistir el fuego, pero cuando todo hubo acabado y vio aquel desolador paisaje, la pena y la tristeza se adueñaron de su espíritu de tal modo que no pudo dejar de llorar.
Lloró y lloró durante horas y días, y con tanto sentimiento, que las lágrimas fueron consumiendo su piedra, y todo él desapareció para quedar convertido en un charquito de agua.
Pero con la salida del sol, el agua de aquellas lágrimas se evaporó y subió al cielo, transformando al triste pajarillo de piedra en una pequeña y feliz nubecita capaz de sobrevolar los árboles.
Desde entonces la nube pasea por el cielo disfrutando de todos los bosques de la tierra, y recordando lo que aquel incendio provocó en su querido hogar, acude siempre atenta con su lluvia allá donde algún árbol esté ardiendo.

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

El árbol y las verduras

Había una vez un precioso huerto sobre el que se levantaba un frondoso árbol. Ambos daban a aquel lugar un aspecto preciosos y eran el orgullo de su dueño. Lo que no sabía nadie era que las verduras del huerto y el árbol se llevaban fatal. Las verduras no soportaban que las sombra del árbol les dejara la luz justa para crecer, y el árbol estaba harto de que las verduras se bebieran casi todo el agua antes de llegar a él, dejándolo la justa para vivir.

La situación llegó a tal extremo, que las verduras se hartaron y decidieron absorber toda el agua para secar el árbol, a lo que el árbol respondió dejando de dar sombra para que el sol directo de todo el día resecara las verduras. En muy poco tiempo, las verduras estaban esmirriadas, y el árbol comenzaba a tener las ramas secas.
Ninguno de ellos contaba con que el granjero, viendo que toda la huerta se había echado a perder, decidiera dejar de regarla. Y entonces tanto las verduras como el árbol supieron lo que era la sed de verdad y estar destinados a secarse.
Aquello no parecía tener solución, pero una de las verduras, un pequeño calabacín, comprendió la situación y decidió cambiarla. Y a pesar del poco agua y el calor, hizo todo lo que pudo para crecer, crecer y crecer... Y consiguió hacerse tan grande, que el granjero volvió a regar el huerto, pensando en presentar aquel hermoso calabacín a algún concurso.
De esta forma las verduras y el árbol se dieron cuenta de que era mejor ayudarse que enfrentarse, y de que debían aprender a vivir con lo que les tocaba, haciéndolo lo mejor posible, esperando que el premio viniese después.
Así que juntos decidieron colaborar con la sombra y el agua justos para dar las mejores verduras, y su premio vino después, pues el granjero dedicó a aquel huerto y aquel árbol los mejores cuidados, regándolos y abonándolos mejor que ningún otro en la región.

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

El árbol gruñón

El árbol gruñón, aunque era el más grande del bosque y no necesitaba de su sombra para nada, nunca la compartía con ninguno de los animales, y no les dejaba sentarse cerca. Un año, el otoño y el invierno fueron terribles, y el árbol sin sus hojas iba a morir helado. Una niña, que había ido ese invierno a vivir con su abuelita, descubrió al árbol tiritando y fue por una gran bufanda para abrigarle. El espíritu del bosque se le apareció, y le contó por qué aquel árbol estaba tan sólo y nadie le ayudaba, pero a pesar de todo la niña decidió abrigarle. La primavera siguiente, el árbol había aprendido de la generosidad de la niña, y cuando esta se sentó junto a su tronco, le dio la mejor de las sombras. El espíritu del bosque lo vio y fue a contarlo a todos los animales, que a partir de aquel año pudieron tener siempre la mejor sombra, porque el árbol aprendió que con seres generosos y amables el mundo era un lugar mucho mejor para vivir.


Autor.. Pedro Pablo Sacristan

El leopardo en su árbol

Hubo una vez en la selva un leopardo muy nocturno. Apenas podía dormir por las noches, y tumbado sobre la rama de su precioso árbol, se dedicaba a mirar lo que ocurría en la selva durante la noche. Fue así como descubrió que en aquella selva había un ladrón, observándole pasar cada noche a la ida con las manos vacías, y a la vuelta con los objetos robados durante sus fechorías. Unas veces eran los plátanos del señor mono, otras la peluca del león o las manchas de la cebra, y un día hasta el colmillo postizo que el gran elefante solía llevar el secreto.

Pero como aquel leopardo era un tipo muy tranquilo que vivía al margen de todo el mundo, no quiso decir nada a nadie, pues la cosa no iba con él, y a decir verdad, le hacía gracia descubrir esos secretillos.
Así, los animales llegaron a estar revolucionados por la presencia del sigiloso ladrón: el elefante se sentía ridículo sin su colmillo, la cebra parecía un burro blanco y no digamos el león, que ya no imponía ningún respeto estando calvo como una leona. Así estaban la mayoría de los animales, furiosos, confundidos o ridículos, pero el leopardo siguió tranquilo en su árbol, disfrutando incluso cada noche con los viajes del ladrón.

Sin embargo, una noche el ladrón se tomó vacaciones, y después de esperarlo durante largo rato, el leopardo se cansó y decidió dormir un rato. Cuando despertó, se descubrió en un lugar muy distinto del que era su hogar, flotando sobre el agua, aún subido al árbol. Estaba en un pequeño lago dentro de una cueva, y a su alrededor pudo ver todos aquellos objetos que noche tras noche había visto robar... ¡el ladrón había cortado el árbol y había robado su propia casa con él dentro!. Aquello era el colmo, así que el leopardo, aprovechando que el ladrón no estaba por allí, escapó corriendo, y al momento fue a ver al resto de animales para contarles dónde guardaba sus cosas aquel ladrón...

Todos alabaron al leopardo por haber descubierto al ladrón y su escondite, y permitirles recuperar sus cosas. Y resultó que al final, quien más salió perdiendo fue el leopardo, que no pudo replantar su magnífico árbol y tuvo que conformarse con uno mucho peor y en un sitio muy aburrido... y se lamentaba al recordar su indiferencia con los problemas de los demás, viendo que a la larga, por no haber hecho nada, se habían terminado convirtiendo en sus propios problemas.





Autor.. Pedro Pablo Sacristan

viernes, 19 de marzo de 2010

Adivinanzas

¿Cuál es el santo de las frutas?
 Sandia.

Tiene ojos y no ve,

posee corona y no es rey,
tiene escamas sin ser pez,
¿qué rara cosa ha de ser?
La piña

tienen cabeza verde

y su tronco suele ser marrón.
Los árboles

 

jueves, 11 de marzo de 2010

Proverbios

No dejes que el árbol te impida ver el bosque.

El árbol más fuerte y frondoso vive de lo que tiene debajo.

Incluso los monos se caen de los árboles
Provebio japonés

Adivinanzas

Yo, de este árbol opino

que facilón lo adivino.
(El pino)
 
Prefiere la orilla de los ríos

aunque en cualquier parte crece,
mala leche le dio Dios
aunque su fruto apetece.
(La higuera)

Esta raigambre es tan rara,

que tiene forma cuadrada.
(La raiz cuadrada)
 
Negra por dentro,
negra por fuera,
es mi corazón
negra madera.
(La aceituna)

-Mi fruto es el dátil,

mi hoja la palma,
que la vemos mucho
por Semana Santa.
(La palmera)

Refranes

cada tejo con su parejo


si plantas tejo, no lo verás grande aunque te mueras de viejo

donde no alcanza el viejo, alcanza el tejo

el tejo es el ataúd de la vid (refrán irlandés)

Diciembre y enero, bajo teja esta el tejero.

En febrero busca la sombra el perro, pero a últimos no a primeros.

Arco de tejo, curueña de ferval, cuando disparan, han hacho el mal.

Arco de tejo, recio de armar y flojo de dejo

Coplas y refranes del polvo nacen
 
· El mal es árbol que crece y que cortado retoña.


Si el estudio da frutos, que estudien los árboles


Como los árboles son las personas; unas dan sombra o fruto, y otras ni fruto ni sombra.


Arbol no hay arbol viejo que no tenga el corazon hueco
 
Quien a buen árbol se arrima un pájaro le caga encima


- Quien a buen árbol se arrima, viene un chucho y le orina

Refranes

Para el arbolado es buena suerte que venga por octubre frío fuerte.


Pasado el mes de enero, en podar anda ligero.

El árbol viejo replantado, antes seco que agarrado.


El que planta árboles, ama a los otros además de a sí mismo.

De tal árbol, tal astilla.


De un mismo árbol, un madero dorado y otro quemado.

La mayor encina fue bellota chiquitina.

Del árbol caído todos hacen leña.


Arbol todo arbol es madera pero el ocote no es caoba

Fruta nueva... ¿quién no la prueba?


Una manzana no cae lejos de su árbol.


Muerto el último árbol, muerto el último hombre.

Adivinanzas

Alta como un pino,

verde como un lino,
con las hojas anchas
y el fruto amarillo.
(La platanera)

Son de color chocolate,

se ablandan con el calor
y si se meten al horno
explotan con gran furor.
(Las castañas)

Tiene ojos y no ve,Somos verdes y amarillas,

tiene agua y no la bebe,
tiene carne y no la come
tiene barba y no es hombre.
(El coco)

Tengo duro cascarón,

pulpa blanca
y líquido dulce en mi interior.
(El coco)

Si tú me quieres comer,

me verás marrón peludo
y no me podrás romper
porque por fuera soy duro.
(El coco)
Me conocen en la guerra,

mi nombre es de capital,
si me pones en la mesa
seguro que he de gustar.
(La granada)

Una madre con cien hijas

y a todas pone camisas.
(La granada)


también somos coloradas,
es famosa nuestra tarta
y también puedes comernos
sin que estemos cocinadas.
(Las manzanas)
A esta fruta se le culpa

y fue cosa del demonio,
pues comieron de su pulpa
los del primer matrimonio.
(La manzana)
Ni espero que me lo aciertes

ni espero que me bendigas
y, con un poco de suerte,
espero que me lo digas.
(El níspero)

Amarillo por fuera

amarillo por dentro
y con un corazón en el centro.
(El melocotón)

Es como algunas cabezas

y lleva dentro un cerebro,
si la divido en dos piezas
y la como, lo celebro.
(La nuez)

Adivinanzas

A mí se me apiñan los frutos
aunque los tenga muy dispersos,
y no los comen ni los brutos
hasta que no estén abiertos.
 (El pino con sus piñas y piñones

Prefiere la orilla de ríos,
aunque en cualquier parte crece;
muy mala leche le dio Dios,
aunque su fruto apetece.
(La higuera.)


Árbol que da tres cosechas
si agua y abono le echas.
(El limonero.)
Las cinco vocales contiene en su nombre
el árbol común que conoce todo hombre.
Que no lo sepa usted será lo que me asombre.
(El eucalipto.)


Árbol de explosivos
que son inofensivos.
(El granado.)


¿Cuál es el árbol seco o florido
que vale más cuando tú estás dormido?,
pues como cazador te he conocido.
(Aquel en el que duermen los pájaros.)


Árbol pequeño
hecho de ensueño.
(El bonsai)
De bronce mi talle,
de verde la mata,
el oro me sale
de flores de plata.
(El naranjo.)


Árbol con mucha bombilla,
aunque ninguna le brilla.
(El peral.)


Piénsalo muy bien y ten calma,
que esta es una de las fáciles:
Si echó un árbol dos ramas,
cada una tiene su palma
y cada palma cinco dátiles,
explícame cómo es esta trama.
(El tronco humano, los brazos, manos y dedos.)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Proverbios

Si haces planes para un año, siembra arroz; si los haces para dos lustros, planta arboles, si los haces para toda la vida, educa una persona.
                  Proverbio japonés

Sólo se tiran piedras al árbol cargado de frutos.

"Incluso los monos se caen de los árboles." -
               Proverbio japonés

La generación anterior planta árboles y la posterior se cobija a su sombra.
                Proverbio chino

"El árbol más fuerte y frondoso vive de lo que tiene debajo."

martes, 9 de marzo de 2010

Proverbios

Adán comió la manzana y aún nos duelen los dientes.
 Proverbio Húngaro

Dios da las nueces, pero no las parte.
Proverbio Ruso

El árbol no niega su sombra ni al leñador.
 Proverbio hindú

El fuego de la leña verde proporciona más humo que calor.
Proverbio español

El que antes de su muerte ha plantado un árbol, no ha vivido inútilmente.

Proverbio Hindú

Quién escucha la voz del anciano es como un árbol fuerte; quién tapa los oidos es como una rama al viento.

Proverbio Africano

Si un arbol cae, plantas otro.

Proverbio Birmano

El mal penetra como una aguja y luego es como un roble.
Proverbio etíope

Refranes

No le pidas peras al olmo

Árbol tiene su propia sombra.

En bosque llueve dos veces.

Qué importa que el árbol para, si no se le ven los frutos.

No hagas leña del árbol caído…

Uvas son de Dios regalo, para el bueno y para el malo.

El calabozo hace el árbol hermoso.

Exprimido el limón, tripas y cáscaras al rincón.

Por la Magdalena, la avellana es plena (22 de julio).

Las cerezas, por una voy y dos vengáis y si venís tres, no os caigáis.

De brevas a higos, dos meses no cumplidos; de higos a brevas, larga la llevas.

Tras uvas y miel, el vino sabe mal y hace bien

Buena suerte la de la aceituna: en salmuera si verde, o molida si madura.

Si quieres mantenerte sana, come todos los dias una manzana.
 
Desde chiquito se guia el arbolito.

Adivinanzas

Es un árbol muy alto de estrecha copa, en el cementerio es donde mora.
(El ciprés)

señorón tiene verde sombrero y pantalón marrón.
(El árbol)

Está en la navaja y está en el cuaderno, se cae del árbol antes del invierno.
(La hoja)

Hay quien bebe por la boca, que es la forma de beber, pero sé de alguien que bebe solamente por los pies.(El árbol)

Si la dejamos se pasa; si la vendemos se pesa; si se hace vino se pisa; si la dejamos se posa.
(La uva)

Sin el aire yo no vivo; sin la tierra yo me muero; tengo yemas sin ser huevo, y copa sin ser sombrero.
 (El árbol)

Somos verdes y amarillas, también somos coloradas, es famosa nuestra tarta y también puedes comernos sin que estemos cocinadas.
(Las manzanas)

Son de color chocolate, se ablandan con el calor y si se meten al horno explotan con gran furor.
(Las castañas)

Son nuestras blancas flores a veces tan tempranas, que la nieve, envidiosa, viene a ver si nos gana
(El almendro)


Soy redonda como el mundo al morir me despedazan, me reducen a pellejo y todo el jugo me sacan
(La uva)

Adivinanzas

Agrio es su sabor, bastante dura su piel y si lo quieres tomar tienes que estrujarlo bien.
(El limón)

Arca, monarca, llena de placer; ningún carpintero te ha sabido hacer.
(La nuez)

Ave me llaman a vecesy es llana mi condición.
(La avellana)

 Soy ave y soy llana, pero no tengo pico ni alas.
(La avellana)

Ave soy, pero no vuelo; mi nombre es cosa muy llana: soy una simple serrana, hija de un hijo del suelo.(La avellana)


Ave soy, pero no vuelo; mi nombre es cosa muy llana: soy una simple serrana, hija de un hijo del suelo
.(La avellana)


Campanita, campanera, blanca por dentro, verde por fuera, si no lo adivinas, piensa y espera..
(La pera)

Como cuerda yo amarro, como cadenas sujeto, tengo un brazo y muchos dedos enterrados por el suelo.
(La raíz de los árboles)

Cuanto más crece más baja.
(La raíz de los árboles)

Soy un árbol frondoso que da buen fruto pero cuando oyen mi nombre dicen que hurto
.(El algarrobo)


En primavera te deleito, en verano te refresco, en otoño te alimento y en invierno te caliento.
(El árbol)

lunes, 1 de marzo de 2010

Proverbios

"El que ve el cielo en el agua ve los peces en los árboles".
Proverbio chino

El árbol quiere la paz, pero el viento no se la concede.
Proverbio chino

    Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero.
Proverbio americano

Árbol convertido en barco no volverá a ser árbol.
 Proverbio chino.

Si haces planes para un año, siembra arroz. Si lo haces por dos lustros, planta árboles, si lo haces para toda la vida, educa a una persona
Proverbio chino